Otsabio, historias y prehistorias del viejo cordal

Dolmen de Añi

Otsabio, historias y prehistorias del viejo cordal

El cordal de Otsabio guarda numerosos dólmenes de la Edad del Bronce

Alberto Gonzalez

Tarde o temprano tenía que responder una pregunta inevitable, ¿hay algún dolmen en mi pueblo, en Tolosa? La solución está en una sencilla y matemática adivinanza: no hay dólmenes en la antigua capital foral, no hay un solo dolmen, pero tampoco ninguno. Los más cercanos, los dólmenes de Belabieta están en Elduain, el de Axurdario en Lizartza, los de Oin-dolar en Amasa, Ilaun en Beizama y el de Otsabio en Altzo, zapatillas y al monte!, que en en la Edad de Bronce preferían vivir en altura antes que en el valle.

Acaba un año complicado y una década de pocas sorpresas con muchas incertidumbres, momento oportuno para reflexionar sobre el pasado. Los próximos años van a ser cruciales, el cambio climático y sus consecuencias son evidentes, pero seguimos jugando a la ruleta rusa con alma de avestruz y cuerpo vegetal. Viajamos al pasado, al viejo y palomero cordal de Otsabio, a la Edad de Bronce, hace unos cinco o seis mil años, «un pueblo sin memoria, un pueblo que olvida su pasado, es un pueblo sin futuro».

Desde Altzo, camino a la cumbre de Otsabio, los puristas sus razones tendrán para llamarla Muñobil, poco antes de alcanzar la línea del cordal veremos un letrero indicador del dolmen Otsabio, descubierto en 1991 por A. Amunarriz y J. Tellabide. Muy deteriorado y sin excavar, con sólo tres losas de la cámara dolménica, se encuentra en un pequeño rellano entre hayas, avellanos y helechos. Dejando la boscosa cumbre para otro día, y hacia la derecha tomamos la senda del sensacional cordal.

Dolmen de OtsabioSeguimos la marcas teniendo siempre a la izquierda el valle del Araxes y a la derecha Bedaio, barrio de Tolosa incrustado en Amezketa. A unos dos kilómetros y en el camino, en un precioso hayedo y aún en Altzo, se encuentra el espectacular túmulo de Pagoaundi, descubierto por L. del Barrio y T. Ugalde en 1981. De forma elíptica, mide de máximo 14 metros y no tiene cámara, pero sí una depresión central. En una abandonada calera cercana puede estar el origen de la desaparición de las grandes losas de la cámara. ¿Cuántos monumentos han sido convertidos en cal? No hay respuesta, ni ha sido excavado.

Los cambios climáticos van asociados a la aparición y colapso de muchas culturas. La Edad de Bronce se caracteriza por afianzarse en un contexto climático algo adverso con disminución de temperaturas. En la anterior Edad del Cobre la península ibérica tenía una temperatura media 3º C superior a la actual y el nivel del mar 2 metros por encima del de hoy. Las gentes que ocupaban el cordal de Otsabio y construyeron dólmenes medran en un ambiente decadente reforzando la especialización en el trabajo, con una marcada estratificación social y un complejo comercio de lejanía ¿a qué recuerda? Luego, hace unos 3.500 años colapsó esa sociedad megalítica y se transformó en el mundo del hierro.

A unos 2 km de Pagoaundi, saliendo del camino y sin clara indicación, encontraremos el sorprendente  dolmen de Añi en la parte más alta de ese monte. Fue localizado por J. Altuna en 1965. Aunque nada insólito, lo curioso de este solitario monumento es que medio dolmen está en Tolosa y el otro medio en Gaztelu. Hasta hace bien poco, una alambrada en mitad del dolmen marcaba los lindes.
 





El núcleo principal de población de Gaztelu se encuentra en la margen derecha del Araxes, pero en la izquierda, al igual que Bedaio, parte del territorio de Gaztelu está incrustado entre Orexa, Bedaio, Lizartza y Navarra, ahí está el precioso medio dolmen que tiene Tolosa. Aunque le falta parte hacia el Este, el túmulo mide 12 m de diámetro, levanta una altura máxima de 1,70 m, solo conserva una losa de la cámara dolménica y tampoco ha sido excavado.

Desde hace miles de años todos los megalitos han sido violados una y otra vez, unos han buscado tesoros, otros los han reutilizado y la mayoría los hemos ignorado o mitificado, donde hay megalitos son comunes las leyendas sobre minas de oro.

Desde Añi en cómodo descenso y a 2 km. se alcanza la última frontera con Navarra, el collado de Zarate, muga entre Bedaio y Azkarate, un lugar recuperado en el que naturaleza y cultura se fusionan en un novedoso e instructivo experimento artístico, Azken Muga.

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