Esculturas voladoras de Maria Cueto

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Esculturas voladoras de Maria Cueto

Maria Cueto realiza piezas que parecen flotar en el aire

Agurtzane Núñez Yarza

El trabajo de María Cueto han estado siempre en constante evolución. Lo que comenzó con un curso de tapices, ha ido evolucionando y superando sus retos artísticos y hoy en día se caracteriza por sus esculturas colgantes, que parecen volar en el espacio.

Las plantas secas, semillas, flores y hojas, son su herramienta de trabajo y a partir de ellas crea las esculturas. «Son las plantas las que me dicen dónde puedo utilizarlas. Todas las plantas son bonitas, pero no todas me sirven», explica Cueto, que comenzó a estudiar farmacia pero pronto cambió para dedicarse a la creación. «A partir de ver una exposición de tapices, pensé que me gustaría hacerlos», recuerda, y combinó las clases de tapices con cursos de pintura, «para poder hacer mis diseños».

No se quedó en eso y prosiguió su carrera artística estudiando diseño gráfico. Ya con 25 años. Su proyecto de fin de carrera consistió precisamente en «sacar las tramas de los tapices por medios fotomecánicos. Eso se puede ampliar y utilizar en impresiones. Mi marido Mariano Arsuaga, que es pintor, las utiliza en sus obras para dar sensación de relieves, y también se han utilizado para crear el vestuario de una ópera, para dar la sensación de ropa antigua», explica.

Asturiana de nacimiento, ese proyecto le trajo a Arteleku, «un lugar muy importante porque era la primera vez que te animaban a seguir creando». Al principio siguió creando «como pequeños haikus para sacar las tramas», con las ramas y hojas que iba encontrando en sus paseos por los montes guipuzcoanos. «Los ponía en unas hojas y los iba encolando, buscando la forma de que no quedaran pesados, sino que fueran ligeros para poder ir al laboratorio con ellos. Pero como quedaban bonitos, los comencé a exponer», recuerda. Para exponerlos, el escultor Pablo Donezar creó unas estructuras expresamente para ellos.

Esculturas vegetales

Poco a poco, a lo que eran esculturas «como papeles, con hilos y cuerdas», comenzó a añadirles elementos vegetales «como si fueran caligrafías. Empecé a separar los volúmenes», indica.

Siempre con la idea de crear esculturas livianas y su conocimiento de los hilos, las estructuras se volvieron más complejas. «Utilizo hilo de sedal y como queda transparente, parece como si estarían colgados en el aire», explica María Cueto. «Me importa mucho que sea muy liviano, etéreo, y que produzca una inquietud como que está colgando en el aire, como ese tipo de magia. Y elevándolo, que esté como flotando ayuda a este tipo de sensación», añade.

Para realizar las esculturas utiliza flores, hojas y semillas secas. La mayoría las compra en una floristería, «ya que vienen tratadas y hay algunas exóticas muy bonitas. A veces también las recojo en el monte y las dejo en casa secarse varios años para ver si se estropea o son duraderas». Tiene obras hechas a base de ramas de sauce, de vid, pero también con los pétalos de la flor de la pasión, que una vez secos parecen pájaros volando. Curiosamente, continúa experimentando con las fotografías de sus esculturas pasándolas a blanco y negro, para crear tramas.

Para crear sus obras siempre busca «la geometría y la armonía, pero también lo orgánico de lo vegetal y el contraste entre ellos». Así, ha creado esculturas de gran tamaño que han estado expuestas en numerosas galerías. En estos momentos tiene una una exposición conjunta con Mariano Arsuaga en Lecumberry, en la galería Espazio B eta B. Además, hasta el 29 de septiembre se puede ver una obra suya dentro de la exposición ‘Oceana’ del Museo Marítimo de Donostia. «Es una exposición sobre el mar para el que he hecho como un banco de peces»,  indica.

«Normalmente hago piezas pequeñas que a lo mejor luego puedo hacerlas en grande, para exponerlos en espacios concretos. Me gusta mucho trabajar cuando tengo un espacio concreto», explica. Y en esa búsqueda del espacio, Maria Cueto ha logrado crear esculturas con volúmenes, como un círculo o una en la que se podía entrar, «siempre buscando retos. Ahora estoy con la idea de un surtidor».




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