Biozkorna, el collado de las piedras de niebla

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Biozkorna, el collado de las piedras de niebla

Se acaban de descubrir un dolmen, un cromlech y un menhir en el lugar

Alberto González – otia@basozaina.com

Monolito Lizarraga. Al fondo a la derecha Udalaitz, y a la izquierda AnbotoEl pasado mes de abril de este 2019 muchos medios de comunicación se hacían eco del descubrimiento del extraordinario cromlech Jaizkibel V en Hondarribia. ¿Alguien se acuerda del nombre de la persona que encontró el megalito? La realidad es que casi ningún medio citó a su descubridor, quizás debido a las obligadas e innecesarias prisas del modelo de sociedad actual, que vicia y confunde a menudo el tocino con la velocidad. Junto a Luis Millán del grupo de prospección Hilharriak, salimos de «caza» por Urbia-Aitzgorri con el irundarra Iñigo Txintxurreta, que nos va a enseñar sus últimos hallazgos, el de Jaizkibel V lo localiza y difunde en ámbitos especializados en diciembre de 2002.

Con un desnivel de 480 m. desde el aparcamiento de Arantzazu hasta el collado de Biozkorna, hablamos ya de una excursión seria, hay que andar y subir, pero el esfuerzo merece la pena. Las posibilidades desde aquí para hacer una ruta circular y aprovechar los casi 1.200 msnm. del collado para navegar por la sierra sin perder altura son variadas, al sur tenemos Artzanburu, al noroeste Arriurdin.

 

Mojones alineados

Dolmen Biozkorna, en el fondo Txindoki.Biozkorna es una pequeña meseta inclinada que cuelga sobre el barranco del lado gipuzkoano de la sierra con unas vistas extraordinarias. Lo primero que llama la atención tras pasar una balsa ganadera y junto a un poste informativo, es un perfecto y recto alineamiento de pequeños mojones o monolitos de piedra, llamados «lainoharriak» o piedras de niebla. Se colocaron a mediados del siglo XX, para ayudar a pastores, ganaderos o excursionistas a orientarse en el cordal los abundantes e incómodos días de niebla en los que está prohibido perderse.

Allí mismo, a escasos 4 metros de las lainoharriak, por donde han pasado miles de veces montañeros, pastores, mineros o ganaderos, «Txintxu» nos enseña un círculo incompleto de piedras, de 9,50 m de diámetro y formado por una especie de anillo de una anchura de 1,70 metros. ¿Es un chromlech? En apariencia se asemeja al estado en el que estaba Jaizkibel V cuando lo descubrió, pero sin excavación arqueológica no se puede afirmar nada con rotundidad.

 

Dolmen

Cromlech Jaizkibel V en HondarribiaA 80 metros del cromlech y casi colgando del barranco, Txintxurreta nos enseña un dolmen que también ha pasado hasta ahora desapercibido, en esta ocasión por confundirse con una cercana zona de extracción minera. El complejo minero de Katabera al que pertenece este rincón es espectacular, situado en altura y ya abandonado, se extraía calamina, blenda y galena. El túmulo del dolmen mide 17 metros de diámetro y está muy deteriorado. En lo que sería la cámara del monumento funerario se aprecia una excavación probablemente para encontrar mineral.

Desde Biozkorna descendemos hasta el cercano sel de Lizarraga a 1.046 msnm. desde el que se disfruta una sensacional vista de Oñati. Tras un primer y segundo plato de quitarse la txapela, Txintxurreta nos sorprende con un exquisito postre que completa un menú de escándalo, una gran piedra tumbada fuera de lugar, que no debería estar allí, es decir, quizás transportada por algún interés desde otro lugar y con apariencia de haber sido tallada. La piedra mide 3,55 metros de largo y 1,70 metros de ancho en la base. Si se pusiera en pie el monolito, al oeste marcaría la peña de Udalaitz y Anboto y al este la elegante arista del Txindoki, un lugar perfecto para un menhir.

La vuelta la hacemos cruzando con buen tiempo el complicado collado de Aitzezarte y bajando hasta el túmulo funerario de Malla para descender a Arantzazu.

Iñigo Txintxurreta en el monolito LizarragaIñigo Txintxurreta, durante varios años redactor en Argia de muchos y diversos artículos de divulgación, tiene un exquisito olfato con las piedras. Ha descubierto cientos de monumentos megalíticos, un curriculum demoledor. El 23 de marzo de 2019 descubre un chromlech, un dolmen y un menhir en Urbia-Aitzgorri que se podrían situar en el Bronce Neolítico.

Se dice que la historia se repite y es probable que tengan que pasar 17 años para confirmar si estas tres manifestaciones megalíticas son auténticas, aunque también es posible que se olviden y jamás sean excavadas.

En Gipuzkoa tenemos una excelente colección de megalitos, pero este especial mundillo con frecuencia parece estar confuso e inmerso en una persistente niebla que obnubila la razón y los sentidos, igual que en muchas otras actividades.
 



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