Fermín Agirrezabala: «Tenía mucha afición y solía ir a Bilbao a correr muchas carreras»

Fermin Agirrezabala durante una de sus últimas carreras. Foto: F. Agirrezabala

Fermín Agirrezabala: «Tenía mucha afición y solía ir a Bilbao a correr muchas carreras»

Fermín Agirrezabala participó durante diez años en carreras de motocross

Amaia Núñez Yarza

La afición a las motos le llevó a Fermín Agirrezalaba primero a preparar una moto para subir al monte, y después, a competir en las carreras que se organizaban. Durante diez años compitió en las carreras que se organizaban tanto en Gipuzkoa como en Bizkaia.

-¿Cómo comenzaste con las motos?

-La bicicleta y la moto me gustaban. Cuando empecé a trabajar, con 20 años empezamos por nuestra cuenta en una carrocería en Andoain. Entonces nadie ni moto ni coche teníamos. Compré una moto vieja, con 2.000 pesetas en aquellos tiempos. Alguien también ya había empezado con motos de carretera viejas, y las usaban para ir al monte. Yo también compré una de esas, y en los tiempos de la comida y cuando echaban la siesta, cogía la moto y subía a Buruntza. Para entonces yo ya sabía que se corrían carreras de motocross en el extranjero, pero aquí no había. Se hacía algo en sanjuanes en Tolosa, en el Prado Grande, no era mucho motocross, si no subir por el camino arriba y pasar por encima de la gravilla. Xabier Ayerza solía correr, y un tal Izagirre.

-¿Participabais muchos en las carreras?

-No, era el principio. Ya se corría en Bilbao, pero aquí no. La primera carrera que salí hice tercero. Tendría 23 años. La moto era de dos cilindros. Cada uno con lo que tenía. Salí con una moto prestada. La vieja esa que compré no valía, justo justo subía a Hernio. Para el año siguiente preparé una moto de carretera, una Bultaco vieja. No era de cross. Además, como sea le puse el manillar ancho, la cubierta… Empecé a correr con aquella para el siguiente año algunas carreras que hacíamos por aquí. Luego para el tercer año le compré a uno de Donosti la Bultaco MK1, la primera Bultaco. Él había comprado una más moderna y me la vendió a mí.

-Las Bultaco siempre había tenido fama de duras.

-La Bultaco fue sustituto de La Montesa. Primero fue la Montesa, y los obreros, de Barcelona, montaron una fábrica con el nombre Bultaco. Había también motos extranjeras, ya empezaban, pero aquí solo había Bultaco y Montesa, y luego la Ossa. Esta era más bien para andar en carretera. Pero el hijo de Ayerza corrió con la moto Ossa.

-¿Ganaste alguna carrera?

-Ganar no ganaba muchas. Segundo y tercero sí; porque estaba Mendibil, que era el mejor de todos por mucho. Ese fue campeón de España. Aquí nos tumbaba. Encima tenía taller de motos, las preparaba… En Villabona hice segundo detrás de él porque estaba lloviendo, con barro. Se hizo donde se sube para Amasa, donde está la plantación de abedules al lado de la carretera. Era un herbal, un circuito pequeño, luego había una bajada y en aquella bajada, la Bultaco que tenía preparada me hacía tope la horquilla en la bajada, y te podías dar la vuelta campana. Como era interesante el correr allí, y para entonces ya teníamos la carrocería, a un camión que venía con chatarra, traía una moto vieja inglesa, una moto de las grandes, le corté con la rotaflex, y le soldé a mi moto la horquilla aquella para que no me hiciera tope. En la bajada aquella de Villabona con la chapuza que le hice me sirvió para algo. En aquella carrera también me acuerdo que Mendibil tenía una Ossa, que le dejó Ayerza. Un modelo nuevo que no se vendió mucho. Le dieron para probar. Aquel hasta con una Mobylette nos ganaba.

-¿Las motos las preparabas tú?

-Andábamos con poco dinero, la carrocería no iba tan bien y para mantener la moto, compraba igual coches usados, con golpe y así, las arreglaba de noche después de trabajar, y las vendía para sacar algunas pesetas. Los primeros años cada uno montaba como podía la moto.

-¿El peso del depósito lo teníais en cuenta?

-Claro, eso es muy importante. Sobre todo en las de velocidad, ahí van por gramos. No se gasta mucho, en una manga lo máximo dos litros. En motocross son dos tandas de 20 minutos. Por puntuación. Corrías una manga, si tenías mala suerte, en la siguiente igual recuperabas. La velocidad libre, y hoy en día sobra la potencia. Entonces aprovechabas todo lo que tenías.

-¿Dónde entrenabais?

-Había circuitos permanentes. Nosotros solíamos entrenar donde está la carrocería Irizar de los autobuses en Aduna. Había un terreno abandonado, no sé de quién sería. Nadie hacía caso, disfrutábamos. Los domingos a la mañana eran para entrenar. Fueron años felices. Lo que pasa es que en invierno no podías ni entrenar por el barro, y con la moto sin matrícula no podías andar. Necesitabas coche. Para eso primero compré un escarabajo con un golpe, tipo chatarra, lo arreglé todo y le hice un remolque para llevar la moto. Todo en horas extras. A mí me gustaba, tenía mucha afición y solía ir a Bilbao a correr muchas carreras. Casi todas las carreras que corría eran en Bilbao.

-Estuviste diez años, ¿en qué circuitos corriste?

-En Anoeta se hizo dos años, en el segundo quedé cuarto, creo; en Villabona; en Ibarra se hacía un circuito por la plaza, subíamos hasta el cementerio -era mucha pendiente- y, hacíamos la vuelta por donde están las guindillas y bajábamos a donde está la sociedad, pasar por el puente, por la huerta de Montes…

-¿Por qué dejaste?

-En Urretxu me accidente, me rompí los ligamentos. En aquella época era el único que quedaba en senior, muchos ya lo habían dejado. En los entrenamientos se me averió la moto y me dejaron una. Como no estaba acostumbrado y no conocía el terreno, me metí en un agujero. A través de mi hermana fui a Barcelona a operarme, pero no tuve suerte. Pero, eso sí, tuve suerte en que como solía ir a Barcelona a rehabilitación, fui a la casa Bultaco y me arreglaron el motor gratis, con eso de que corría con Mendibil… Empecé otra vez a correr, pero uno de Andoain se enamoró de aquella moto porque la habían arreglado los de Bultaco y se la vendí. La última carrera que corrí fue la de Amaroz, era subir a Ollaun. Lo organizó Jose Mari Anza.

-También subiste a Hernio en moto.

-Subí con Policarpo Odriozola, un compañero de Andoain que me dejó la moto. Tendría unos 22 años. Coincidimos con un chaval de Montesku que le habían regalado una máquina de fotos, de esas que se llamaban de chocolate, nos sacó la foto y nos la dio. De las carreras tengo fotos gracias a un fotógrafo de Alza que le gustaban las carreras. Luego, coincidió que era amigo de mi cuñado, y a las últimas carreras venía a sacarme fotos. Hay gente que ha ganado muchas cosas, pero no han sacado fotos. No era como hoy en día.

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