Abraham Olano: «Los chavales, a veces, son profesionales antes de tiempo»

Abraham Olano, técnico y seleccionador de la Federación Gipuzkoana de Ciclismo. Fotografía: Federación Guipuzcoana de Ciclismo

Abraham Olano: «Los chavales, a veces, son profesionales antes de tiempo»

Abraham Olano | técnico de la Federación guipuzcoana de ciclismo

Amaia Núñez Yarza

Gipuzkoa y Euskadi se han caracterizado por tener una gran afición al ciclismo. Además de animar a los profesionales, son muchos los chavales que forman parte de la cantera, y que serán los profesionales del futuro. Abraham Olano conoce desde dentro todo el proceso, ya que él también comenzó de muy joven en el mundo del ciclismo, llegó a profesional y hoy en día es técnico en la Federación Guipuzcoana de Ciclismo. Además, en los últimos meses ha compaginado su quehacer con el de seleccionador, tras la marcha del anterior.

Su labor se centra principalmente en las categorías de cadetes y juveniles, ya que la parte de los escolares está delegada por zonas en las escuelas de ciclismo. «Con ilusión de hacerlo bien, de motivar a los chavales a que practiquen este deporte, aparte de lo primero, que es que estudien», comenta. En estos momentos, en cadetes hay 105 chicos y 20 chicas y en juveniles alrededor de 90 en chicos y 12 chicas.

Olano forma equipo con Ainhoa Ostolaza, quien se encarga del ciclismo femenino, en la que «cada vez el nivel es mayor. Creo que el punto de vista que tiene la mujer no es el mismo que como vemos los hombres el deporte. Hay que darse cuenta que con la menstruación hay muchas chavalas que tienen sus momentos de crisis y muchos hombres no entendemos cómo afrontarlo, y qué mejor que haya una chica también en la federación».

En la categoría masculina, realizan habitualmente tres salidas con la selección de Gipuzkoa, que este año van a ser cuatro porque participaron en la Clásica de Pamplona a mediados de junio. Uno de los objetivos de la sección femenina es que realicen también este tipo de participaciones como selección de Gipuzkoa. Además, desde la Federación se encargan de realizar el seguimiento de todas las carreras guipuzcoanas, «e, incluso, las que nos tocan dentro de Euskal Herria seguirlas un poquito» y, «ayudar a los organizadores, muchas veces con el tema de tráfico».

En este sentido, en el último año se ha hecho visible el conflicto entre los organizadores de las pruebas y el Gobierno Vasco. A los problemas económicos de los clubs, que necesitan cubrir unos gastos de alrededor de 1.300 euros para cumplir con dos ambulancias y un médico para la carrera, se añade el tener que «buscar voluntarios, motoenlaces porque no hay suficientes Ertzainas, etc.», explica Abraham Olano.




Por eso, defiende la labor social que realizan los clubes y desde la Federación han decidido dar un paso al frente para tratar de dar con una solución al problema. «El Gobierno Vasco nos tiene que ayudar a soportarlo porque, si no, se van a dejar de hacer carreras, y si se dejan de hacer, los clubes no van a existir, porque no vamos a tener chavales para organizarlas. Es una cadena que queremos solucionar antes de que nos venga el problema. Porque ya lo tenemos encima y hay muchos que todavía no lo ven».

Esto último ya se ha empezado a notar en la provincia, donde organizaciones históricas han desaparecido. «Un club como Usurbil, que ha tenido un montón de corredores, se han fusionado con los de Donostia, otros se han ido a Zumaia… Aimar Zubeldia por ejemplo salió de ahí», comenta y añade que «hay chavales, pero se han reducido los clubes. Donostialdea tiene un club potente, Goierri y Tolosa tiene bastante, pero luego el resto tiene justo-justo corredores para sacar un coche, con tres o cuatro corredores».

Del mismo modo, en la Federación Guipuzcoana defienden que el ciclismo es un deporte que no necesita inversiones en infraestructuras, como pueden ser el fútbol o la pelota y, por ende, sin costes de mantenimiento. «Ellos no tienen que tener ambulancias en cada partido. Son necesarias, pero no puede recaer en una entidad que quiere hacer un bien social».




Por eso, cree que la llegada del Tour favorecerá la visibilización del ciclismo. «Nos va a aportar que gente joven vea el ciclismo y traiga una nueva ola de chavales». Eso sí, admite que las tres federaciones vascas son muy críticas con la gestión que ha hecho con el tema de los voluntarios: «Cada federación pedimos un coche, como una forma de ayudar al ciclismo base. Es algo que los clubes siempre necesitan por si hay averías o como coche neutro en las carreras». Era un gasto que suponía «echando por lo alto, 90.000 euros». Pero la empresa gestora del Tour no lo admitió, «y después leímos en la prensa que iban a pagar 390.000 euros a una empresa para que buscara voluntarios», una actitud que no entienden desde la federación.

Olano también es crítico con la gestión que se lleva a cabo con la cantera en algunos casos, pues «chavales que son cadetes y juveniles parece que ya son impresionantes y tienen un historial de palmarés, cuando todavía no han empezado a ser ciclistas. Ciclista será cuando sea profesional y hasta entonces tiene que practicar. Y hacer otros deportes que te pueden ayudar a ser un atleta. Porque hoy en día desde cadetes y juveniles tienen su dietista, su preparador, el mejor material… todo eso me hace pensar que son profesionales antes de tiempo. Cada uno debe llevar su ritmo».




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