La primera diligencia-omnibus del valle del Urola
La colección Echeverria guarda desde hace más de medio siglo una de las dos ambulancias Fiat que restauró como autobús según el proyecto original
Como muchos vehículos de Euskalherria en esa época, un coche de la Primera Guerra Mundial, en este caso dos ambulancias, se reconvirtieron a ómnibus para hacer la línea ‘Estación Norte de Zumarraga-Zestoa y balnearios’. Hablamos de la segunda década del siglo XX, y el modelo que reconvirtió esa concesionaria de tal línea, junto con la Compañía italiana Sita como socio, fueron dos Fiat 15 Ter.
La Fiat proyectó dos variantes del 15 Ter para dicha guerra, uno como ambulancia; y, el otro, para remolcar cañones y transportar tropas. El ómnibus que vemos, es desde 1960 propiedad de la familia Echeverria de Ataun, y su restauración se hizo minuciosamente, tras un larga y costosa reconstrucción histórica.
Todos esos miles de coches que quedaron parados y sin funciones tras la contienda, había que reconvertirlos ahora para la vida civil. Los precios de los nuevos entonces eran prohibitivos para una modesta línea de ómnibus, de ahí que los socios de esta nueva línea Zumarraga-Zestoa decidieran adaptar dos de segunda mano para tales cometidos, y ambos fueron esos modelos Fiat 15 Ter. Vinieron desde Italia, comprados por la firma de Azkoitia ‘Autos Azpeitia-Arrona’ a la italiana Sita, con el único cometido de dar dicho servicio de Zumarraga a Zestoa.
La nueva línea estaba participada por Sita al 50% de los gastos y de los beneficios, fórmula utilizada después por otras compañías, entre ellas también la Hispano-Suiza de la que hablaremos en otras crónicas al estudiar sus modelos de coches. A la hora de adaptar los Fiat para tal cometido, dicha empresa también llevó ambos coches a Ormaiztegi para carrozarlos conforme a las normas que Sita tenía de la fábrica Fiat de Italia.
Los hermanos Cecilio y José Lorenzo Irizar carrozaron ambos vehículos en 1919, tras el Berliet de la ‘Tejería Zelaikoa’, y lo hicieron conforme al proyecto original de la casa Fiat que hemos dicho. Una vez adaptados ambos coches al transporte de pasajeros, estuvieron dando ese servicio Zumarraga-Zestoa hasta casi finalizar la tercera década del siglo XX, momento en que debieron de cerrar la línea por la irrupción del ‘tren del Urola’ en 1926.
Este tren eléctrico de vía estrecha les fue quitando poco a poco clientela hasta obligarles a cerrar la línea. Los socios vendieron entonces ambos vehículos por no poder competir con el tren. Un coche se fue entonces al palacio Insausti de Azkoitia para transportar zapatillas de esparto, hortalizas, verduras, etc. a las ferias; y, el otro, lo compró el hotel Arocena de Zestoa para dar servicio a su clientela. La foto del coche Fiat 15 Ter reconvertido es la del cuadro de fotos.
Fue en 1960, cuando Jesús Echeverria (padre), decidió emprender la aventura de comprar ese vehículo que estaba abandonado y mal conservado en dicho palacio de Insausti. Era lógico su estado, pues habían pasado ya más de cuatro décadas desde su primera reconstrucción. Ahora quería emprender una nueva restauración histórica de acuerdo con el proyecto original de la casa. Los Echeverria se dirigieron a la casa Fiat de Italia para pedirles información e iniciar el nuevo proyecto con sus instrucciones. La casa les dio todo tipo de facilidades para iniciar su restauración con la garantía del proyecto que Fiat les envió en ese sobre de la foto 2.
Los Echeverria decidieron trasladar el proyecto a Joaquín Irizar, de ‘Carrocerías Irizar’ de Lazkao, primero para ver qué le parecía el proyecto, y segundo para que viera su viabilidad como carrocero que era entonces. Dicho y hecho, dado que se involucró de tal manera en el proyecto original que, con la ayuda y visión de los Echeverria padre e hijo en cuanto a la parte mecánica del modelo, el resultado final fue esa obra de arte que vemos en el cuadro de fotos 3a, 3b, 3c y 3d, 3e y 3f.
Excepto la imagen del ómnibus completo según el proyecto, buena parte de las fotos del artículo se corresponden con las captadas en el raylle Biarritz-Donostia de inicios de 1969, donde vemos a la familia Echeverria en pleno, tanto en el habitáculo de pasajeros como en la cabina de conducción. En esta última están los Echeverria padre e hijo con el carrocero Joaquín Irizar de Lazkao, quien se sitúa justo en medio de ambos en la foto 4. Una joya.
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