Un mundo de naufragios
Los miembros de Arkeolur Ana Benito y Javier Mazpule presentarán este mes la exposición que recoge los barcos naufragados en Argentina y Uruguay
¿Qué pasa con los barcos que encallados o que naufragan? Algunos son desguazados, otros se recuperan, y hay otros muchos que se convierten en esculturas en el agua. Ya sea reflotados y reconvertidos en símbolos, o dejados para que la naturaleza haga su magia en ellos. Los miembros de Arkeolur, Ana Maria Benito y Javier Mazpule han recopilado algunos de estos navíos en los que se centrará su próxima exposición, ‘Esculturas en el agua’ que se podrá ver en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura Xenpelar de Errenteria, del 1 al 20 de septiembre.
En esta ocasión han dado protagonismo a 11 barcos y dos puertos que acogen los restos de naufragios que hoy en día se pueden encontrar en Argentina y Uruguay. Son embarcaciones de todo tipo, provenientes de diferentes países del mundo, que han terminado sus días varados en playas o en la línea de costa después de diversos eventos: algunos no pudieron hacer frente a las tormentas, otros sufrieron incendios y algunos no pudieron volver a faenar tras descubrirse que estaban pescando ilegalmente.
Entre todos, en el recopilatorio está el pesquero pasaitarra Marcelina de Ciriza, que tras sufrir un incendio quedó inactivo en 1980. Pero en una tormenta once años más tarde, soltó amarras y navegó ocho millas sin causar daños, hasta Playa Constitución, donde otra tormenta lo partió y lo hundió.
La mayoría son barcos pesqueros, pero también hay embarcaciones de la Armada Argentina como el Ara Toba y el Ara Towwora, embarcaciones turísticas como el Angel B, remolcadores como el Saint Cristopher, o el más reciente, el crucero Nicolas Mihanovich, un buque fantasma que lleva varado desde 2013 en Iguazú tras ser reconvertido unos años antes en hotel-casino flotante.
Libro y documental
Junto con la exposición, Benito y Mazpule ofrecerán una charla el día 15, a las 18:00, en el que contarán el viaje que realizaron en otoño de 2024, y presentarán el libro que recoge todos los testimonios de la exposición, así como un documental con el que han resumido su viaje por los diferentes escenarios, desde las Cataratas de Iguazú, al Altiplano de Salta, los lagos de Bariloche, los glaciares Perito Moreno y Spagazzini, hasta Ushuaia, pasando por Puerto Madryn, Mar del Plata, Buenos Aires o Montevideo.
Ana María Benito y Javier Mazpule llevan años documentando los naufragios en la costa vasca, y en los últimos años han mostrado sus investigaciones en las exposiciones que organizan cada año en Xenpelar. Benito es historiadora, especialista en arqueología submarina y ha coordinado numerosas excavaciones subacuáticas en Gipuzkoa, como la de la urca esclavista de Iturritxiki en Getaria. Mazpule, por su parte, es buceador y entusiasta del mundo marino. Heredó de su padre la afición a visitar y documentar los naufragios y desde que era un chaval no ha parado de ampliar su colección de imágenes, documentos y objetos, en especial de los naufragios ocurridos en la costa vasca. Ambos fundaron la asociación Arkeolur, con el objetivo de difundir el patrimonio marítimo vasco.
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