Los primeros coches circularon ‘sin matrícula’ por Gipuzkoa
La colección Echeverría acoge el primer coche matriculado en la provincia
Estos últimos meses hemos hablado de los primeros biciclos, del primer coche matriculado en Gipuzkoa, de los coches eléctricos de tres ruedas del siglo XIX, de los primeros camiones cisterna de repostaje para aviones, etc. Vamos a volver un poco atrás, hacia ese primer coche matriculado en Gipuzkoa en 1901, para decir que dicho vehículo, legalizado aquí con la matrícula 1-SS de las fotos A1 y A2 no fue el primer coche a motor que circuló en Gipuzkoa. Señalamos las letras que identifican coche y motor con un círculo rojo. Antes que él fueron varios los vehículos que circularon legalizados por nuestras calzadas, aunque sin matrícula. El firme era entonces sin asfalto, normalmente de tierra y piedra apisonada.
Nos explicamos: La capital guipuzcoana de finales del siglo XIX era un lugar de moda muy ligado al Sur de Francia, y también estaban en boga entonces Biarritz, Hendaya, San Juan de Luz, etc. Las familias de las clases aristocráticas veraneaban aquí durante todo el verano, e iban a esas zonas por la frontera de Irun, que entonces era mucho más permeable que ahora, sobre todo para dichas personas. Francia estaba desarrollando entonces una incipiente pero muy importante industria del automóvil, donde algunos herreros que fabricaban y reparaban carruajes de tracción animal, ahora junto a ciertos ingenieros especialistas en esos primeros coches, también aprendían a fabricar estos nuevos vehículos a motor. La práctica habitual en los inicios fue acoplar a esos antiguos carruajes de ‘sangre’ las partes automotoras y sus complementos, de forma que anduvieran sin tiro animal.
Las clases pudientes y los que veraneaban aquí solían ir al país vecino a ver las novedosas carreras de esos primeros coches a motor. Les gustaban tanto esos ‘locos cacharros’ que algunos hasta los compraban, y, a ser posible, de la marca del coche ganador. Los adquirían en Francia, país pionero en fabricar estos coches, allí recibían unas breves clases de conducción y los traían aquí para presumir de ellos y ‘pasearlos’ con sus familias. Hasta 127 fabricantes de coches hubo entonces en Francia, algunos de ellos ya con los nombres de marcas actuales.
La primera licencia concedida aquí por la Diputación, previo pago del arancel de entrada y del permiso de circulación del coche, fue dada al I duque de Santo Mauro de la foto B2, Mariano Fdez. de Henestrosa y Ortiz de Mioño, el 29/8/1897, quien fue alcalde de Madrid. Y siguieron más compradores haciendo lo mismo y obteniendo tal permiso. Observad el dibujo B1 de tal vehículo sin volante, conducido a palanca por el sistema de ‘cola de vaca’. Este dibujo lo presentaron así para obtener la primera licencia de circulación en Gipuzkoa, que no es la primera matrícula que sí tiene el coche 1-SS de 1901 del coleccionista Echeverria, según vemos ahora.
Queremos aclarar esto, dado que lo mismo sucedió en Alava, Vizcaya y Navarra. Si la primera matrícula 1-SS de Gipuzkoa fue dada al marqués de Rafal por ese coche Renault de las fotos A1 y A2 registrado el 10/8/1901, el resto de las primeras matrículas se dieron así: En Alava fue un turismo Fiat, de Francisco Zulueta, quien obtuvo la matricula VI-1 el 3/2/1906, según vemos en la foto C. (Coche muy parecido al del dibujo). En Navarra fue un turismo Peugeot, de Cayetano Lapoya, quien cogió la matrícula PA-1 en 1902 (los primeros coches navarros se matricularon con la PA de Pamplona en vez de la NA actual); y, en Vizcaya, fue un coche clase Meta, marca Clino, de Félix de Lecanda, quien obtuvo la matricula BI-1 el 3/10/1916.
Durante 1905, en época de verano, se calculaba que ya circulaban un centenar de estos coches en la antigua carretera de Donosti a Biarritz; eso sí, a una media de 20/25 km/h. Esto pronto cambió, dado que los llamados “sportsman” de aquí, emulando a sus colegas franceses, empezaron a organizar las primeras carreras de coches con la subida a Igueldo y otras más, antes de hacerlo en Lasarte. Algunos son muy peculiares, dado que lo mismo corren en ellos que emprenden la fabricación de una motocicleta, un coche a vapor, eléctrico o de gasolina; algunos incluso hasta se atreven a intentar volar con artefactos hechos por ellos. Lo conoceremos en otro capítulo, donde veremos las experiencias de dichos pioneros en tales deportes.
Si quieres recibir la revista Txantxangorri cada mes y leer los contenidos antes de que se publiquen online, puedes suscribirte aquí.
Si te ha gustado síguenos en X, Facebook e Instagram para seguir disfrutando de nuestros contenidos. Además, si quieres hacernos llegar alguna propuesta o informarnos de algún evento puedes escribirnos a txantxangorri@txantxangorri.info. |